La divina inspiración me vino gracias a la película de Disney
Y con la esperanza de encontrarme un cachorrito envuelto bajo el árbol me levanté la mañana de Reyes, durante varios años; hasta que mis padres me dijeron que los Reyes no me iban a traer un perrito porque no teníamos espacio. Fue entonces cuando decidí cambiar de estrategia y pedir como regalo una terraza. Pero ni por esas.
Aunque esto no viene al caso.
El meollo del asunto está en que la perrita Reina es el típico ejemplo de cachorro regalado por Navidad y abandonado cuando crece y empieza a dar problemas. Esto da mucho que pensar: ¿A cuántas mentes imaginativas e influenciables como la mía ha impactado esa película? A muchas, sin duda. Hablamos de un clásico de Disney, y los que no lo tenemos en VHS original, lo tenemos grabado entre un episodio de Alfred J. Kwak y Los viajes de Gulliver.
Tal vez Disney tuviera parte de culpa en la moda de pedir y regalar mascotas por Navidad; pero no sé qué película tendrá ahora la culpa de que encima de pedir un perro, lo pidan teñido cual patito de mercadillo. Toda una vergüenza.
Por cierto, la foto fue tomada en el escaparate de la tienda Planet Zoo del C.C Glorias (Barcelona) el día 22 de diciembre.