No me gusta ser pedigüeña, pero antes de que leáis el desenlace de la micro-novela quiero pediros un pequeño favor: Vuestro voto para el certamen de los premios bitácoras 2008.
En la IV clasificación parcial, el blog ocupaba el 4º puesto en la categoría de blogs de humor, pero en la V clasificación cayó hasta el 6º. En la última clasificación parcial, el blog ocupa el 5º puesto. Este viernes es el último día para votar, así que si me dáis un pequeño empujón, igual remonto un poco.
Las instrucciones para votar son las siguientes:
Las categorías a las que me presento son “mejor blog de humor”, “mejor blog revelación” y “mejor blog personal”:
1. Os tenéis que registrar en bitácoras.com, haciendo clic aquí.
2. Una vez registrados, os llegará un email de activación a vuestra bandeja de entrada. Tenéis que seguir el enlace y, una vez activado, hacer log-in con vuestro usuario y contraseña.
3. Luego, clicad aquí.
4. Por último, poned la URL del blog (http://www.teoriasdelabsurdo.com) en las 3 categorías a las que me presento (humor, blog revelación y blog personal)
No os llevará más de 3 minutos, así que si habéis venido hasta aquí para leer el desenlace, sed generosos y dejad una propinita :)Y después de la publicidad, aquí está lo prometido:
¡ATENCIÓN! Esta historia empieza aquí.No estaba muerto. Yo esperaba verle sangrando o algo, pero tampoco. Estaba pálido, jadeante y con la mano sobre el corazón.
“¿Qué ha pasado, Rodrigo; estás bien?”. Nos dijo que se había despertado de repente y se había encontrado a una mujer en su cuarto, que no la conocía de nada y que le repetía una y otra vez “
Where’s my wallet? I forgot my wallet here!”. Qué extraño. Le preguntaba por su cartera, y
no le había robado nada; a pesar de tener un
iMac flamboyante y bastante dinero sobre la mesa. Le pregunté si tenía algo que ver con las voces souleras que oí a media noche y me dijo que no, que nunca había visto a esa mujer.
Rodrigo está bastante ceporro y además fuma; así que nos aseguramos de que no fuera a darle un infarto y
le dejamos a solas con el cuchillo carnicero del que empezó a encariñarse a partir de ese momento.Volvimos a nuestra habitación y me metí en la cama a sabiendas de una cosa:
Aquí hay un negocio tortuoso. Y esa mujer seguro que se ha llevado el móvil de Larry. Tendré que pensar en un razonamiento creíble que pueda justificar que le abriera la puerta a una desconocida y que me quedara esperando como una idiota mientras ella estaba en el cuarto de Rodrigo, haciendo vete tú a saber qué, cuando él todavía dormía. Qué marrón. Y yo sin mi “IPod nano-chromatic Product Red Edition de 8gb grabado en la parte trasera".
09:30 am. Rutina matinal preparatoria antes de empezar la ruta de hoy. Una vez listas, bajamos las escaleras. Obviamente,
el móvil de Larry había desaparecido. De camino al metro fui a una cabina y le llamé por teléfono. Saltó el buzón de voz, así que
le dejé un mensaje explicándole más o menos la historia, intentando salpicarme lo menos posible y
adoptando un papel de mujercita inocente y alterada “
Sorry Larry, I’m a bit nervous; please call me when you hear the message and make sure you cancell the Mobile line”.
¿Y si me hacía pagarle el móvil? Maldigo Rodrigo.
Seguro que le compró droga o donuts rellenos de chocolate.Al día siguiente, me encontré a Larry apoyado en la verja que está junto a la escalera de entrada del bloque. Al parecer, ese mismo día
la visitante nocturna le había llamado para revenderle el móvil por 40$; así que
quedó con ella, le echó una foto con su móvil y fue a denunciarla a la policía. Larry, un tipo listo… después de sacarle la foto le dijo que el móvil viejo que intentaba venderle no valía nada, así que la tía se lo acabó devolviendo. Y no sólo eso, sino que además le sopló el porqué de su visita:
“Be careful with the Puerto Rican guy, he paid me for sex”.Larry me dijo que confiaba en Rodrigo, que no tenía razones para sospechar de él. Pero por si acaso, decidió
castigarle moralmente colgando un aviso en la parte interior de la segunda puerta de acceso al edificio.
Un cartel con la foto de la prostituta que había contratado:
Ahora forma parte de la decoración de mi cuarto.
¿Y,
qué fue de nuestro amigo lomazos? Pues siguió pidiendo pizzas y cervezas a domicilio como solía hacer antes del altercado, para mantener su figura; pero echó permanentemente el pestillo de la puerta de entrada al piso, de manera que al oír el timbre,
nos recibía con su cuchillo carnicero en mano mientras quitaba la cadenita y nos deseaba un “good evening”.
FIN
Bonus track: Al final tuve que ir a un polígono industrial del Bronx a buscar mi
IPod nano-chromatic Product Red Edition de 8gb grabado en la parte trasera.
Corre, corre; verás qué sorpresa.
Re-bonus track: Al llegar me dijeron que
todavía no lo habían recibido, y que podía ir a recogerlo el día siguiente en la oficina
FedEx que está cerca de la Universidad de Columbia.
¡Por fin!
Actualización (30/IX/09): Me ha enviado hoy un e-mail una amiga que está haciendo el mismo curso que hice yo en Nueva York y me ha dicho que Rodrigo va a su misma clase.