martes, 27 de abril de 2010

Saber cuándo es suficiente

Mi madre dice que me conoce como si me hubiera parido. Yo sigo llamándola "Mamá". Y a pesar de conocerme tan bien, hay un detalle que se escapa a su omnisciencia, una incógnita para la que tiene una teoría que formula más o menos así:

“No sé qué narices haces con el papel higiénico. Parece que te lo comes.”

Lo que está insinuando esa señora a la que llevo 24 años llamando “madre” es que en vez de tirar el papel higiénico después de limpiarme, me lo como. Como si fuera el pan que rebaña los restos. Sí, amigos, el papel higiénico es el pan del coprófago.

Supongo que por eso mi madre niega haberme parido, cree que como rebanadas de papel untadas con excremento y que por eso cago más y uso más papel del que me haría falta si comiera sólo lo que ella me pone en el plato.

Afortunadamente, he encontrado la manera de evitar que –cuando vuelva a Barcelona- mi madre me siga acusando de comer mierda con tono de reproche. Seguro que hay mucha gente que, como yo, no sabe cómo economizar el rollo de papel sin dejar la estela del meteorito en su ropa interior; y por eso, Scott, el homólogo argentino de Scottex, ha estandarizado cuánto papel higiénico se necesita en cada lavado: 5 cuadritos.

papel higiénico scott doble hoja
¡En serio, no es que seas tonto, es que nunca te lo han explicado!

No sé si habrán hecho una encuesta con una muestra considerable o si habrán puesto un taco de formularios en el baño de la empresa para que los empleados los rellenen; pero esa es la medida que Scott considera suficiente para cada intervención digestiva, y mirad cómo nos advierte de cuándo parar:

rollo de papel higiénico scott

Utilizan el código de tráfico para hacer de cada tirada una experiencia de conducción en la que tienes que seguir a un perro borracho a través de las microfibras súperabsorbentes de la carretera, hasta encontrarle. Supongo que la señal de Stop la han puesto para dejar claro que hay que encontrarle y no atropellarle.

La otra forma de leerlo es totalmente contradictoria al objetivo inicial de ahorrar papel –y evitar que te acusen de comértelo-. Se puede interpretar el dibujo como una calle adoquinada con las huellas de un perro al que hay que seguir; pero en ese caso nos tendríamos que pasar por el forro –literalmente- las señales de “Pare” porque son para los coches imaginarios que transitan por la carretera que está salvaguardando nuestro amigo Scott, invitándonos a cruzar la calle y tirar millas hasta llegar al cartón. Supongo que esta segunda lectura es para casos de emergencia.

Digo yo que habría sido más fácil dibujar las típicas tijeras abiertas sobre la línea de puntos. ¿Nunca habéis sentido la tentación de cortar el papel higiénico con tijeras? Seguro que hay gente muy perfeccionista que tiene unas tijeras encajadas en el tubo del rollo de papel. O incluso gente que corta uno a uno los cinco cuadritos hasta hacer un milhojas. De hecho, una de las formas en las que yo corto el papel higiénico es haciendo la tijerita con los dedos, haciendo el “Papel-tijera”:

mano cortando el papel higienico haciendo el gesto de las tijeras con los dedos
Podéis imaginar dónde está la piedra.




BONUS TRACK: Cuando el rollo está a su rollo (no ha sido un charcarrillo premeditado), reposando sobre la cisterna del váter; lo sujeto con una mano y envuelvo la otra un par de veces con el papel, haciendo el Esparadrapo de boxeo:

mano envuelta en papel higiénico

lunes, 19 de abril de 2010

Como en casa

Para los que han estado o están visitando este blog con menos asiduidad que yo misma, sepan que hace 3 meses y 5 días que aterricé en Buenos Aires y desde entonces he estado viajando por la mayor parte del territorio Argentino, he estado en Bolivia y he visitado también Chile. Durante todo este tiempo, he tenido un papel en dramas como “Abandono en un tren boliviano en medio de la nada durante más de 15 horas”, “Terremoto en La Serena”, “Cumpleaños con Viña del mar, Valparaíso y sus 15 réplicas” y “Tsunami warning en Isla de Pascua”.

Ahora llevo unas 3 semanas instalada en Buenos Aires, y a pesar de que en Argentina es prácticamente imposible encontrar leche desnatada, cereales sin azúcar tipo Special K, pastas de chocolate o de nata, algo parecido a la Nutella y Spotify bacon; puedo perdonar los dos primeros que he nombrado por culpa de todos los siguientes.

Dejando de lado estas carencias básicas que perturban mi paladar diariamente, lo que sí he encontrado es un lugar que me hace sentir como si estuviera en Barcelona. El supermercado Dia%

Hace una semana entré por primera vez en uno y me maravillé al ver que han adoptado fielmente la cutrería filosofía de los Dia% españoles: Estanterías biodegradables (es decir, de cartón), colas interminables, cajas estropeadas y cajeras preguntando “¿Alguien me va a pagar con dos de 10?"

Podéis imaginar cuál es mi llavero. Sólo me falta añadirle una de esas falsas monedas para los carros y las taquillas y llevar una eurocalculadora en el bolso que convierta de pesetas a euros y de euros a pesos.

llavero del club dia%
El alfajor sirve de atrezzo para demostrar que la foto ha sido tomada en Argentina.

Y sí, como en casa cada día.

miércoles, 7 de abril de 2010

Frases Absurdas (113)


"Hago pájaros de barro y los echo a volaa...¡ploffffff!"

Patricil y Chaplina dixit.

domingo, 4 de abril de 2010

Calzador aromático

Calzador aromático



NOTA: Perdón por la ausencia avisada. Ya he acabado mi ruta por Argentina, Bolivia y Chile y ahora estoy instalándome en Buenos Aires, de modo que supongo que de ahora en adelante tendré más tiempo para dedicarle al blog; aunque también estoy dedicando parte del mismo a conocer la ciudad, a filtrar las fotos del viaje para subirlas a Flickr y a asistir a varios cursos de la escuela Rojas. PASIENSIA HAMIGO Y GRASIAS DE HANTEBRASO. (sic)

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