Como cuando Bart llevó a su perro al colegio en aquel episodio de Los Simpson:
Ahora, sustituyamos las geodas por piedras pómez:
Bart está proyectando una película en la que Homer aparece apagando las velas de una tarta de aniversario mientras se le prende la barba:
Bart: Se van a partir con ésto en "Enseña y Cuenta".
Marge: No sé si me gusta la idea de que tu clase se ría de los momentos íntimos de tu familia. ¿No te molestaría que dentro de 20 años la gente se riera de cosas que hiciste?
(...)
Marge: ¿Por qué no llevas esta patata? Es gigantesca.
Bart: Mamá, tú siempre tratas de encajarme una patata, ¿dime, por qué?
Marge: Es que son tan monas...
Bart: ¿Qué llevo para "Enseña y Cuenta"?
Lisa: Si quieres una de mis geodas... esas rocas de mi mesa. No, eso es un trilobites. Eso es madera fosilizada. Bart, eso es una magdalena.
Bart sube al autobús y se da cuenta de que todos sus compañeros han decidido llevar una geoda:
Esa imagen podría darse en la vida verdad. ¡Podría pasar! Un niño que busca por casa algo para presentar ante su clase. Está buscando el objeto más antiguo que haya, algo tosco e inservible cuya existencia no tenga sentido en nuestra época, algo prehistórico, un fósil, un trozo de roca con un búfalo untado en ella, algo así; y en su inspección arqueológica, va al baño y se encuentra con un delicado centro de cerámica con unas cuantas conchas, caracolas, estrellas de mar y esa piedra. Esa piedra de textura irregular, atada con una cuerda:
Total, que el niño se va al colegio con su piedra pómex (también llamada pumita) y explica ante toda su clase que los hombres del Paleolítico agujereaban piedras como esa que él tiene entre sus manos, todavía impregnada con restos de valioso tejido ancestral, les ataban una cuedra y las utilizaban para quitarse los abundantes callos que les salían después de estar todo el día danzando por ahí con los pies descalzos.
La profesora, totalmente ruborizada tras oír su argumentado razonamiento, no se atreve a llevarle la contraria. Claro que no, porque ella es una persona civilizada. Aplaude, añade un "Muy bien, Juanito" y le dice al siguiente alumno que salga a la pizarra.
Próximamente: La esponja natural y el guante de crin.
7 comentarios:
Mal, muy mal.
Pones lo de restregarse con una piedra y entro aquí en plan morboso (que mente mas sucia la mía)
No quiero imaginarme qué habrá inspirado este post... Te imagino restregandote con una piedra, y después quedarte mirandola cual Hamlet....
O eso, o es que hoy es el día de "Enseña y Cuenta en el Blog", y es lo primero que encontraste.
@Toni: La piedra pómez también se puede usar para limar los callos de las manos.
@Mel: En efecto, me estaba restregando la piedra cuando...
Teoría del Absurdo, me gusta. Creo que seremos grandes amigos.
Saludos!!
Y yo que pensaba que me iba a encontrar, no sé, la historia de un perro solitario desfogándose con los adoquines, y nos sorprendes con una piedra pómez. No sé si felicitarte o darte una colleja...
Nunca creí que fuera realmente una piedra, no hay ninguna piedra que flote en el agua y esta cosa Pómez flota.
Lo que no sabía es que había que hacerle todos esos agujeros, qué difícil ¿no? Hacerle todos los poros, no me extraña que las hayan dejado de fabricar.
Dentro de unos años los niños llevarán bombonas de butano al colegio, eso si que es prehistórico.
Publicar un comentario